Cada vez son más las personas que escogen internet como medio para buscar pareja. Según datos de eDarling, el 40% de los solteros españoles de entre 18 y 69 años utilizan portales de búsqueda de pareja por internet, también conocidos como ‘dating services’. Esto supone que tres millones de españoles recurren a estas páginas para buscar pareja. Eso sí, pocos son los que se atreven a reconocerlo públicamente a sus familiares y amigos. Incluso las parejas estables que iniciaron su relación por internet suelen inventar relatos sobre cómo se conocieron para no escandalizar a su entorno.
El primer portal de búsqueda de pareja por internet en España fue Meetic, que llegó a nuestro país en 2002. Desde entonces han pasado 12 años y, aunque entre los más jóvenes la tendencia empieza a cambiar, buscar pareja por internet sigue avergonzando a muchos, como si hubiera algo obsceno o reprochable en ello. Gran parte de la sociedad sigue pensando que quienes recurren a esta herramienta tienen alguna tara o defecto que les impide encontrar pareja de una manera ‘normal’. El prejuicio es mayor en el caso de las mujeres, pues como ya comentamos en el artículo ‘Sola o acompañada: la decisión de buscar pareja’, estas mujeres “no saben estar solas”. Persiste el mito de la solterona, de la mujer desesperada por encontrar a un hombre, y lo hace desde los valores del manual de la nueva mujer moderna.
En el caso de los hombres, registrarse en este tipo de páginas suele atribuirse a un alto grado de timidez o a la búsqueda de encuentros sexuales esporádicos.
Mitos y más mitos; hay de todo, como en todas partes. Hombres y mujeres tímidos y tímidas; extrovertidos y extrovertidas, que buscan encuentros sexuales esporádicos o una relación estable. Nada tiene que ver con ser hombre o mujer. Conviene señalar que, en este momento, la gran oferta de ‘dating services’ hace que haya páginas especializadas en distintos tipos de relaciones, incluso en personas casadas que desean tener aventuras extramatrimoniales, por lo que, según el tipo de relación que se busque, se recurre a uno u otro servicio.
Los prejuicios sociales en torno a los ‘dating services’ se fundamentan en los mitos del amor romántico. “Tu media naranja está ahí fuera, y si estáis destinados a encontraros, simplemente pasará”. La búsqueda de la pareja por internet pone en cuestión la denominada ‘magia del amor’. ¿Y quiénes cuestionan los ‘dating services’? Generalmente aquellos que tienen pareja estable y que han olvidado las dificultades que entraña encontrar pareja para una persona soltera que trabaja 40 horas semanales y en cuyo círculo de amigos y conocidos hace tiempo que se agotaron las posibilidades de conocer a alguien especial.
Buscar pareja por internet no tiene nada de vergonzoso ni obsceno, ni se trata de gente rara; no obstante, las reglas que rigen dicha experiencia son distintas en algunos aspectos a las de conocer a una persona en un contexto ‘real’. Veamos cuáles son las similitudes y diferencias al respecto.
Cuando una persona se registra en un portal de búsqueda de pareja online pone sobre la mesa su deseo consciente de encontrar a alguien con quien establecer una relación. Con todo lo bueno que supone partir de altos niveles de conciencia, pero con todos los riesgos que ello entraña.
Son muchos los solteros y solteras que cuando salen a divertirse el fin de semana albergan la esperanza de enamorarse. El deseo puede ser el mismo, pero el nivel de conciencia varía. Además, quienes salen en compañía, cuentan con el apoyo de sus amigos tanto para intentar un acercamiento como para minimizar el daño que supone para la autoestima la posibilidad de ser rechazado.
En el ‘dating service’, estamos solos. Algunas de las personas que se registran en estos portales abandonan enseguida la búsqueda horrorizados ante lo que consideran el ‘mercado de la carne’. Se encuentran con que forman parte de un catálogo, son un artículo de exposición que entra a competir con otras ‘personas-artículos’. Sobre esto, tan sólo un apunte: hay algunos afortunados que se enamoraron bucólicamente intercambiando opiniones en una tienda de vinilos antiguos al más puro estilo ‘made in Hollywood’. Sin embargo, no es necesario estar registrado en un ‘dating service’ para exponerse como ‘persona-artículo’. De manera más sutil, muchos pubs y discotecas cumplen esa misma función. Lo cual explicaría parte de la tristeza que impregna la resaca del día siguiente, cuando la noche anterior no encontramos a nuestra media naranja (de la otra parte de la resaca, es responsable el alcohol). Cantaba La Cabra Mecánica: “Es la falta de amor la que llena los bares”. Puede que haya algo de cierto en este verso.
¿Vamos a escandalizarnos a estas alturas porque algunos hayan transformado el amor en un producto? Todas las grandes motivaciones humanas han sido de una u otra manera comercializadas. El amor no iba a ser menos. Esto no es reciente. No es cosa de los ‘dating services’. Coches, perfumes, maquillajes basan su publicidad en la capacidad de aumentar nuestras posibilidades de encontrar una pareja. Podemos ser ‘persona-artículo’ en contextos reales y virtuales.
Para aquéllos que tras el susto inicial de verse en un catálogo no abandonan el ‘dating service’; en contra de lo que pueda parecer, enamorarse en un contexto virtual resulta mucho más fácil que hacerlo en un contexto real. Estoy hablando de enamorarse, no del amor, no de construir una relación de pareja, no vayamos a confundir términos. Eso es otro capítulo y sobre él seguiremos reflexionando en el próximo artículo de la saga amor 2.0.
Para reflexionar:
- Internet es una de las nuevas herramientas para buscar pareja. Las personas que usan los ‘dating services’ no son raras, ni tienen menos competencias que las que no utilizan estos servicios.
- Existen muchos prejuicios entorno a buscar pareja por internet; la mayoría de ellos se fundamentan en los mitos del amor romántico.
- Los entornos virtuales comparten similitudes y diferencias a la hora de buscar pareja. Es importante conocer las diferencias y comprender las reglas de los entornos virtuales si nos decidimos a utilizar un ‘dating service’.
RECOMENDACIONES CINEMATOGRÁFICAS:
Esta publicación ha sido elaborada por Celia Arroyo y publicada en Instituto Palacios de Salud de la Mujer.
Foto: (CC BY-SA ) Kathryn Connell – I love you